Intolerancia a la histamina

Picor ocular, edema alrededor de los ojos, rinitis persistente, trastornos digestivos, migrañas... Estos síntomas, aunque comunes, pueden ser señal de una intolerancia a la histamina. Este trastorno complejo resulta de un desequilibrio entre el aporte de histamina (alimentaria y endógena) y la capacidad del organismo para degradarla, especialmente por vía enzimática.

La histamina es una sustancia producida por el cuerpo que nos permite defendernos contra las sustancias consideradas por nuestro organismo como alérgenos. Provoca reacciones como estornudos, picores o hinchazones para protegerse. También juega un papel en la digestión y la regulación del sueño.

A veces, nuestro sistema inmunitario se equivoca y considera erróneamente ciertas sustancias inofensivas (como alimentos o partículas en el aire) como amenazas. Esto desencadena molestas reacciones alérgicas. Entonces se hace necesario "reeducar" nuestro organismo para que deje de confundirlas con toxinas reales.

Este desajuste puede verse favorecido por una acumulación de contaminantes, efectos secundarios de medicamentos o exposición repetida a disruptores endocrinos presentes en productos procesados.